que triste se ve mi rancho
sin mi potro patas blancas
lo jugueteaba mi padre
y yo me montaba en ancas
agarrado a su cintura
bordeabamos la barranca
cuando cumpli los siete años
el potro fue mi regalo
como ya eres hombrecito
y montando no eres malo
ve a correrlo a las llanuras
nomas no debes cansarlo
pero los malos vecinos
del rancho las aguilillas
le aventaron la magana
tirandome de la silla
y se llevaron mi potro
pal otro lado de rio
y yo me pase los dias
buscando lo que era mio
mi padre al saber las cosas
salio a reclamar la frenta
pero como fue solito
no pudo con la reyerta
y regreso sin el potro
tambien con el alma abierta
no hay que pensar en venganzas
de arriba vendra el castigo
pero no voy a olvidar
lo de mi padre y mi amigo
se que hoy no tengo consuelo
mas algun dia sere grande
y si no lo cobra el cielo
yo mismo voy a cobrarme